Durante más de setenta años, la tortura, los malos tratos, las detenciones ilegales, los abusos, las vejaciones y las agresiones brutales a manifestantes pacíficos han sido prácticas sistemáticas e impunes (es decir, sistémicas) en el Estado español, con la abyecta complicidad de jueces, políticos y medios de comunicación. Y esto no lo dicen los simpatizantes de ETA: lo dicen, entre otros, Amnistía Internacional, los relatores de la ONU y el medio centenar de organizaciones integradas en la Coordinadora para la Prevención de la Tortura.lunes, 8 de agosto de 2011
A la policía se le acaba el chollo de las mentiras sin réplica, del anonimato, de las cloacas invisibles.
Durante más de setenta años, la tortura, los malos tratos, las detenciones ilegales, los abusos, las vejaciones y las agresiones brutales a manifestantes pacíficos han sido prácticas sistemáticas e impunes (es decir, sistémicas) en el Estado español, con la abyecta complicidad de jueces, políticos y medios de comunicación. Y esto no lo dicen los simpatizantes de ETA: lo dicen, entre otros, Amnistía Internacional, los relatores de la ONU y el medio centenar de organizaciones integradas en la Coordinadora para la Prevención de la Tortura.
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