miércoles, 2 de marzo de 2011

37 años de la ejecución de Salvador Puig Antich



La Historia la escriben los vencedores, por eso oponemos aquí el "recuerdo". "Recuerdo", que no "memoria histórica", esa pildora que a juzgar por los efectos produce amnesia.
El 2 de Marzo de 1974 fueron ejecutados al garrote vil, Salvador Puig Antich, miembro del MIL, y Heinz Chez, un apátrida entonces, del que nada se sabía hasta hace muy poco.
 
El regimen de Franco, después del atentado y muerte de Carrero Blanco buscaba escenificar la venganza para demostrar que aún seguía siendo temible, y echando mano a la manipulación de pruebas mete a los dos en un mismo menú macabro, que será aprobado por el viejo dictador, Caudillo por la gracia de la Iglesia y la oligarquía financiera.

La "oposición democrática" poco o nada hace, la figura de Puig Antich no entraba dentro de los cánones de la principal organización de entonces, el PCE.

El 29 de noviembre de 1972, el MIL asalta una sucursal del Banco Central en el paseo de Valldaura en Barcelona, y deja esta octavilla, silenciada por la prensa , que podría definir en esencia la motivación de su lucha:"Esta expropiación, como las precedentes, tiene como finalidad el apoyar la lucha del proletariado contra la burguesía y el Estado capitalista. Por esta razón, los revolucionarios se procuran para su lucha, el dinero que los capitalistas habían robado a la clase obrera. La lucha cotidiana del proletariado contra la explotación obliga a los grupos revolucionarios de combate a desarrollar las acciones necesarias para que esta lucha alcance sus objetivos revolucionarios. Mientras que la represión de los capitalistas aplaste a la clase obrera, el proletariado y todos los grupos revolucionarios continuarán atacando el capital y a sus servidores allí donde se encuentren."

El MIL se definía como un grupo de agitación armada, que no de lucha armada. Su opción por las armas la consideraban circunstancial y no se concebían como un aparato separado del movimiento obrero autónomo, que entonces era una realidad al margen de las comisiones obreras, convertidas ya en simples correas burocratizadas de consignas políticas de partido.
El discurso del MIL no contradecía sus actos , ni su práctica a su teoría : ERAN RADICALMENTE ANTICAPILATILISTAS.

En las manifestaciones después de su ejecución se gritaba: CAPITALISMO ASESINO!!! Incluso algunos consellers estaban ahí (menudos chaqueteros). Porque el CAPITALISMO MATA, ayer como hoy.
Mató a Salvador y Heinz condenados al garrote vil, y el otro día, frente a las costa de Lanzarote, mató a veinticinco inmigrantes condenados a la miseria.

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